Translate

martes, 11 de junio de 2013

¿Cuál es nuestra identidad?

Para nosotros los católicos la identidad ha sido resumida por varios autores de manera muy pobre pues todos se concentran en las emociones, habilidades, capacidades y vivencias, y si bien, tienen razón en parte, les falta a nuestro parecer lo más importante: su esencia
  
Para nosotros la identidad del ser humano va más allá pues de aquellas cosas que nos distinguen como si fuéramos mercancía con diferentes usos y habilidades, y de diferente capacidad intelectual, la identidad para nosotros es valga la palabra lo que nos hace “idénticos”, es decir nuestra esencia, y ¿Qué es lo que nos hace idénticos a todos los seres humanos?

Veamos este fragmento del Génesis: “Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó”, el hombre pues ocupa un lugar único en la creación: "está hecho a imagen de Dios, de todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador", para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad.
  ¿Qué quiere decir esto? Entendamos pues esto en idioma normal: la identidad del hombre no es lo que lo diferencia del resto de los demás (sus habilidades, capacidades, forma física) sino lo que nos une a todos, que es la posibilidad de conocer y amar a su Creador, y las otras cosas quedan delegadas a un segundo plano. O sea la capacidad de amar y por lo tanto ser felices es lo que nos hace idénticos a Dios y a los demás. Ese es el objetivo de la vida del hombre.   
Para concluir veamos este otro fragmento del catecismo de la Iglesia Católica: "Debido a la comunidad de origen, el género humano forma una unidad. Porque Dios "creó [...] de un solo principio, todo el linaje humano"

Entonces si el ser humano forma un conjunto de seres semejantes y únicos, entonces amémonos los unos a los otros y ayudémonos todos, porque la verdadera felicidad no se podrá obtener sabiendo que el otro sufre y que uno no está haciendo nada por ayudar, la idea de poder tener una felicidad individual es correcta pero si uno es feliz y no hace nada por ayudar a que los demás sean felices inevitablemente su felicidad irá disminuyendo. 


¿Quién en este mundo puede ser feliz mientras en su propia casa, su hermano o su hermana, su padre, su madre, su abuelo o su sirvienta, están viviendo en una profunda tristeza y no se hace nada para ayudarlos? ¿Acaso eso sería felicidad? Es verdad que a veces la gente no quiere ser ayudada pero la felicidad se dará en medida de las buenas intenciones del corazón y no tanto de las obras de las manos. Y entonces ¿Qué ser humano podrá ser feliz si millones de sus hermanos están sufriendo y no hacemos nada para evitarlo? 




Así que dejemos de lado esas diferencias que nos separan pues son mucho más importantes las cosas que nos hacen idénticos a los demás y ayudémoslos como si fuéramos nosotros. Y para esto naturalmente tendremos que amarnos a nosotros primero, o amarnos a nosotros como amamos a los demás. Porque si decimos que amamos a los demás más que a nosotros sería mentira, y si decimos que nos amamos más que a los demás también es mentira, en realidad es el mismo amor que cuando se tiene se esparce a todos lados por igual. “Y si decimos que amamos a Dios y no a los demás también es mentira y viceversa” (1 Juan 3:11-18).
  
En conclusión el amor verdadero es el que se puede esparcir a todos los que te rodean, hagan la prueba y verán como su matrimonio, noviazgo, relaciones familiares y amistades mejorarán en medida que aprendamos realmente a amar como Dios manda, pues aprender los caminos de Dios es aprender a amar, la biblia resume todo su contenido en una palabra: amor. Los mandamientos se resumen en una frase: amarás a dios sobre todas las cosas y amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y también la felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario